Hace escasas semanas que el ejecutivo español aprobó una nueva Ley de la Vivienda, que afecta a propietarios, inquilinos e inmobiliarios. La aplicación de esta ley dependerá del tipo del contrato y de la propiedad, diferenciando asimismo entre si se trata de grandes propietarios o de pequeños. ¿No tienes claro que ha cambiado respecto a la ley anterior? Te explicamos los puntos más importantes para que no se te escape nada.
- La definición de “gran tenedor”. A partir de ahora los grandes tenedores no solo serán personas jurídicas (como con la ley anterior), sino también las personas físicas. Además se ha rebajado el número de viviendas, que ahora será de cinco frente a las diez de antes.
- Se define un área como tensionada cuando supone más del 30% de los ingresos de los hogares de ese distrito censal o si los precios se han incrementado más del 3% sobre el IPC en los últimos años. No deben cumplirse ambas, basta solo con una.
- El IPC ya no será la referencia para actualizar los precios. En 2023 será el 2%, en 2024 del 3% y a partir de ese momento, se creará otro índice más estable e inferior a la variación del IPC.
- Las comisiones de agencia ya no son cosa de los inquilinos. Hasta el momento los honorarios de la inmobiliaria eran responsabilidad del inquilino, pero ahora ya no: la mensualidad extra en concepto de pago a la agencia será asumida por el dueño.
- Las familias vulnerables sin alternativa habitacional serán protegidas ante los desahucios: antes de llegar a los tribunales, se buscará un acuerdo entre arrendador y arrendatario. Si no es posible, los servicios sociales buscarán una solución habitacional, ampliando plazos y con prórroga extra de un año
Reserva de suelos de un 40% frente al 30% anterior para viviendas de protección oficial en suelo urbanizable. Si el suelo es urbano no consolidado, el porcentaje pasa de 10 a 20%.
Fotografía: Michal Balog para Unsplash