Sin meternos en rencillas familiares, a veces hay conflictos que nos llevan a tomar la dura decisión de querer desheredar a nuestros hijos pero, ¿es posible hacerlo en España? La respuesta es sí, aunque no es fácil. Te explicamos cómo hacerlo.
Antes de nada, una breve y sencilla explicación sobre cómo funciona la repartición de una herencia para llegar y comprender mejor en qué consiste desheredar. La división se realiza en tres partes:
- La legítima corresponde a la tercera parte de la herencia y se reparte entre cónyuge, hijos y sus descendientes si estos hubieran fallecido.
- Otro tercio se conoce como la mejora y sirve, como su nombre indica, para mejorar el importe de la legítima a alguno(s) de los beneficiarios.
- La última tercera parte se conoce como libre disposición y queda a libre designación del fallecido. No es necesario que sea heredero legítimo, es más, ni siquiera es requerimiento ser familiar.
Ahora que ya tenemos claras las tres partes de las que se compone una herencia, estamos en disposición de matizar algo: cuando desheredas a un descendiente, le estás privando de la legítima, ya que las otras dos son añadidos que el Código Civil invita a aplicar con libertad al (futuro) fallecido. Esta sentencia lógica contradice a una creencia popular que asegura que aunque desheredes a un hijo, siempre le toca la legítima. Nada más lejos de la realidad.
Aclarado esto, toca meterse en la labor de desheredar a un hijo. Lo primero de todo es realizar el testamento en vida y que en él se manifieste de forma expresa este deseo, las causas y que estas estén debidamente verificadas. Sin pruebas, el heredero podría reclamar el testamento.
Para desheredar a un hijo es necesario que se cumplan los artículos 852 y 855 del Código Civil, estas son las principales causas para llevarlo a cabo:
- El ejercicio de violencia física o psicológica contra su progenitor, o atentar contra la vida.
- Delitos contra la libertad, indemnidad sexual o la integridad moral al progenitor.
- Obligar al testador a modificar el testamento contra su voluntad.
- Impedir que el testador prepare su testamento o lo cambie.
- Injurias graves al progenitor.
- Negar la alimentación al testador.
Recuerda que, en cualquier caso, deberá estar debidamente probado.
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