Alquilar un inmueble es una práctica bastante habitual para generar ingresos y, aunque hagamos las cosas con todas las de la ley empleando el contrato de arrendamiento pertinente y la fianza, puede que con el paso del tiempo todo se acabe torciendo y tus inquilinos dejen de pagar los suministros contratados de luz y agua. Quizás tu primera decisión sea cortar los suministros pero ya te adelantamos algo: es un error.
Aquí hay varios casos sobre la mesa que iremos abordando, porque cada uno tiene su casuística particular. Lo primero es que en el contrato de arrendamiento debe constar quién tiene la obligación de hacerse cargo de los suministros y, en el caso de que sea el inquilino, que este sea además el titular de sus respectivos contratos.
- Si los contratos de suministros están a nombre de los inquilinos, su impago será algo que atañerá solo a ellos, que son quienes figuran como titulares. En caso de impago, el inquilino será el deudor de la comercializadora. En caso de que decida dar de baja los suministros, es posible que te toque abonar el reenganche.
- Pero si mantienes el suministro a nombre del propietario (tú) y eres tú quien los paga previamente al figurar como titular, tendrás la obligación de abonarlos. Y no, no podrás cortarlos incluso con el impago, ya que sería una decisión unilateral en contra de la relación contractual y estarías incumpliendo el artículo 2 de la LAU, que hace referencia a la habitabilidad del edificio. Ojo porque además puedes ser denunciado por coacciones. En este escenario, lo conveniente sería abonarlas y reclamarlas después reclamar el pago, primero con un burofax y después de forma judicial.
Cortar el suministro motu proprio también podría tener otra desagradable consecuencia en forma de daños a tu vivienda. La forma adecuada de proceder sería iniciar un procedimiento de desahucio y reclamación de rentas, donde además del alquiler (en caso de impago), podrás solicitar también los suministros.
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