Si antes de la extinción de tu contrato laboral te echan del trabajo y crees que se trata de un despido improcedente, es fundamental que primero tengas claro en qué consiste este término, cómo se produce y qué tienes que hacer, ya que la legislación dispone de herramientas para proteger al trabajador y evitar abusos.
Sea procedente o no, un despido debe formularse con una comunicación por carta con los motivos y la justificación, así como un margen temporal de 15 días. Es fundamental que guardes a buen recaudo este documento, ya que tu equipo de abogados de confianza tendrá que analizarla a fondo para verificar que las causas esgrimidas sean las auténticas.
Un despido es improcedente cuando las razones del despido expuestas en la notificación no se corresponden con lo recogido en el Estatuto de los Trabajadores para un despido objetivo, no existen causas disciplinarias para tal fin, puede existir discriminación y/o vulnera derechos. No obstante, si tienes sospechas, es probable que anteriormente hubieras detectado estas intenciones por parte de tu empresa, en cuyo caso también es de vital importancia que recopiles estas manifestaciones.
Tras un despido que se sospecha puede ser improcedente, puedes tomar dos decisiones:
- Aceptar ese despido firmando la notificación, lo que supone la no impugnación. Tras la firma, cuentas con 15 días para acudir al Servicio Público de Empleo para solicitar la indemnización por desempleo.
- Denegar el despido y presentar una reclamación. En ese caso tendrás que escribir “No conforme” de forma clara antes de firmar el documento, verificando que aparece la fecha de la comunicación. Desde ese momento, ponte en contacto con tu abogado para iniciar los trámites y bajo ningún concepto aceptes pagos que no tengas claros. Es importante que recopiles cualquier documento relacionado con tu despido.
Antes de llevar a cabo la demanda por despido improcedente, primero tendrás que reunirte con la empresa en una instancia de conciliación para tratar de llegar a un acuerdo, para lo que será necesario solicitar una instancia. Tras esta audiencia, pueden darse tres sucesos: que se llegue a un acuerdo, que no sea posible o que el empresario no se presente. Si se dan los dos últimos casos, entonces podrás poner la demanda judicial en el Juzgado de lo social, donde un juez decidirá la improcedencia o no del despido. Si es improcedente, la empresa podrá elegir entre pagar la indemnización o readmitirte. Si el juez decide que el despido es procedente, entonces pasarás a la condición de desempleado.
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